Se habla mucho del precio del combustible o de la falta de conductores, pero uno de los problemas estructurales más grandes que tiene el transporte en España sigue manteniéndose: los clientes pagan tarde.
Pagar tarde es por desgracia una cuestión común, y pagar los servicios de transporte contratados es casi "obligatorio" pagar tarde. Según el observatorio de pagos que realiza FENADISMER, tomando los datos de junio del 2022, el plazo de pago medio se sitúa en los 74 días. Esto quiere decir que un servicio es pagado a los dos meses y medio desde su realización, lo que supone que el 61% DE LOS SERVICIOS CONTRATADOS NO CUMPLEN CON LA LEY DE MOROSIDAD,
Ante la situación actual donde la balanza entre oferta y demanda es tan desigual, en primer término los clientes quieren garantizarse la disponibilidad de vehículos para poder realizar los transportes que necesitan. Uno de los factores que previsiblemente mayor peso tenga sea el plazo del pago del servicio; la empresa de transporte, que no aproveche la ocasión para reducir los plazos de pago de los servicios de sus clientes, estará dejando pasar una oportunidad excepcional para ello. Solo recordar que el 42% de los clientes pagan sus facturas de transporte a más de 90 días y que un 16% lo hacen a más de 120 días, es decir, 4 meses...
¿Es sostenible la situación?
Artículo de Carlos Zubialde
contacto@informacionlogistica.com