Primer movimiento para no pagar la tasa de emisiones: Maersk cambia Algeciras por Tanger Med
Poco ha esperado la primera naviera en moverse, como es el caso de Maersk, que ha decidido irse del puerto de Algeciras al marroquí de Tanger Med para evitar tener que pagar la nueva tasa de emisiones de la UE.

Poco ha esperado la primera naviera en moverse, como es el caso de Maersk, que ha decidido irse del puerto de Algeciras al marroquí de Tanger Med para evitar tener que pagar la nueva tasa de emisiones de la UE.
Este movimiento ha generado una gran alarma entre los puertos españoles, ya que luego, la recuperación de este tipo de tráficos es muy dificil. En el caso de Maersk, ha decidido que la ruta entre EE. UU. y Oriente, en lugar de utilizar Algeciras como base, lo hará en Tanger Med, muy cercano, con todos los servicios que precisa, y lo más importante, sin tener que pagar la tasa de emisiones que la Unión Europea tiene establecido para las navieras.
La decisión además es muy determinante en el tiempo, de aplicación inmediata, a partir del próximo mes de febrero. Maersk ha determinado su preferencia por el uso de Tanger Med, el puerto que hace competencia directa al de Algeciras y que se quiere posicionar como el puerto estratégico para todas las rutas que transitan entre el Atlántico y el Mediterráneo. Este cambio además supondrá una mejora, según MAersk en el tiempo de tránsito de la ruta EE. UU. Oriente, pasando de los 46 días de tránsito actuales a 41, ganando 5 días.
La "culpa" de la tasa
El factor más importante para este movimiento es la tasa europea de emisiones al carbono, el llamado sistema ETC (Emissions Trading System), que entró en vigor el pasado 1 de diciembre. Estaríamos hablando de que los costes pueden ser de unos 160.000 € por buque, una cantidad que vale estudiar otras opciones para "ahorrarse" esa tasa, y en el caso de Algeciras, Tanger Med es un competidor que conoce perfectamente la situación y ofrece todos los servicios que las navieras precisan, pero sin tener que desembolsar el dinero de la tasa de emisiones.
Esta situación es similar para otros puertos europeos colindantes con países no europeos que no aplican la citada tasa. El caso de los puertos de Gran Bretaña es también muy llamativo, ya que están ganando presencia y líneas a costa de los principales puertos europeos, sobre todo en las rutas de tránsito.
El ETS establece pagos en función de las millas que los barcos han realizado por las emisiones de dióxido de carbono emitidas en su trayecto hacia Europa. El "buenismo" con el que se ha legislado en este caso ya ha sido contestado por algunos países como España, que están viendo peligrar un gran número de rutas y operaciones de las navieras en sus puertos, amenazados por otros puertos cercanos que no pertenecen a la Unión Europea. Todos los países del mediterráneo estarían en esta situación, frente a la cual la UE demuestra otra vez más su parálisis mientras los acontecimientos le superan.
¿Hay opciones?
Como dicta la lógica, la eliminación de la tasa sería una solución de choque y con resultados inmediatos, pero esta queda completamente descartada, incluso en el caso de solicitar alguna excepcionalidad en la aplicación. La UE no suele gustar tener que hacer distinciones entre países miembros, pese a que luego lo hagan en otras materias que no son las relacionadas con el transporte.
Otra línea de trabajo que plantean expertos en la materia sería reforzar el servicio de los propios puertos, mejorando sobre todo la conectividad e intermodalidad, que pueda ofrecer una solución integral a las navieras y sus clientes a la hora de elegir los puertos españoles. Es una posible solución, pero en el caso donde se está dando el desplazamiento de la actividad, esta está basada en una cuestión puramente económica: evitar pagar la tasa europea de emisiones.
Y si, la tasa tiene un objetivo fundamentado y muy bien intencionado, pero la realidad es que Europa no puede considerarse una isla, y los países limítrofes que no aplican tasas de este tipo, se les pone en bandeja poder ganar presencia y músculo a costa de los puertos y países europeos, que no pueden competir, o mejor dicho, lo hacen en inferioridad de condiciones.