Que el teletrabajo no es posible para todo el personal de sectores como el transporte y la logística es algo lógico, mientras no podamos "teletransportar" al más puro Stra Trek la mercancía, una gran parte de la actividad precisa que los trabajadores estén físicamente en sus puestos de trabajo.

Pero existen otras muchas posiciones dentro de una empresa de transporte y logística donde su actividad puede ser combinada o híbrida (presencial/teletrabajo). Incluso muchas empresas de último cuño, con un perfil mucho más tecnológico, focaliza más en las potenciabilidades de sus empleados por encima de su situación geográfica.

Como otros muchos sectores, el transporte y la logística no son ajenos a la falta de mano de obra; no hablamos solo de conductores, también hablamos de personal en departamentos como operaciones, tráfico, administración o fuerza de ventas. La rotación de personal es muy elevado en este tipo de departamentos, sobre todo propiciado por las altas condiciones de estrés, pero también por la cuestión salarial, y cada vez más, por las condiciones de conciliación, donde entra de lleno el teletrabajo.

Según varias encuestas, en España el 60% de los empleados que trabajan en sistemas híbridos, se plantearía buscar otro trabajo si tuviera que volver a la oficina a tiempo completo. No solo eso, también se sienten más valorados por poder acceder y compaginar su vida profesional y personal, además de considerar que cobran un salario más justo debido al ahorro que genera el sistema híbrido.

¿Es posible esto en transporte y logística?

Posible es, además, los beneficios son palpables (el 69% de los que trabajan desde casa considera que se les paga de manera justa por su función y responsabilidades, y un 68% por sus capacidades. Por el contrario, los porcentajes de los que acuden a la oficina alcanzan el 49 y el 47 respectivamente), pero para llevar adelante un proceso como este, hacen falta dos cambios muy importantes:

1-Mejora de las plataformas y herrameitnas (software, comunicción etc)

2-Cmbio de mentalidad

La primera es relativamente sencilla de abordar, supone en el fondo una inversión con un retorno muy claro. Pero el más difícil es el segundo; el cambio de mentalidad, sobre todo a nivel directivo, será costoso, sobre todo en un sector acostumbrado al presencialismo y sobre todo , al control del personal (no es la primera vez que he escuchado aquello que aunque el trabajador no haga nada, le quiero ver la cara en la oficina).

El directivo de transporte, que no cambie de mentalidad, cada vez tendrá más difícil no solo contratar personal nuevo, tendrá muy difícil retener al que ya tiene en su organización. El tiempo apremia.

Artículo de Carlos Zubialde

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