Locura, así se puede declarar lo ocurrido en el mundo del Q-commerce o delivery; las principales empresas se han dedicado durante años a perder mucho dinero, todos y cada uno de los días, hasta una cifra cercana de unos 12.000 millones de euros en los dos últimos años.
Y ahora, una vez perdido tanto dinero, las compañías que quedan en el mercado (no nombraremos a las que ya no existen, pasaron a mejor vida, o simplemente, se retiraron), como Delivery Hero, Just Eat o Deliveroo, ahora quieren rentabilidad. Esto demuestra que su crecimiento a cualquier precio, en una loca guerra, nada tenía que ver con la rentabilidad, sino más que ver con la famosa película de los años 80 titulada “Los inmortales”, donde después de una cruenta batalla, solo podía quedar uno.
El reparto, la distribución, tal cual está planteado, es deficitario, también en el segmento de distribución de comida. Resulta casi sonrojante plasmar el ingente dinero que han perdido este tipo de empresas, para que terminen reflexionando que la operativa que tienen no es rentable, y que las inversiones realizadas, simplemente, han subsidiado las perdidas que se generan en el día a día.
Podemos hablar de la “burbuja del delivery”, que comenzó a inflarse en el año 2020, de la mano de la pandemia; la situación hizo que la demanda del Q-commerce se disparara, incluso sobrepasara los recursos que el sector tenía para abastecer toda la demanda. Unido a esto, una situación con enorme liquidez y unos tipos de interés negativos, los inversores pensaron que era la ocasión perfecta para invertir en un sector, que venía con un viento de cola muy intenso.
Pero como suele ocurrir, cuando el negocio es muy grande, la caída también puede ser del mismo tamaño como mínimo. Y así ocurrió, las empresas de delivery contrataron a ejércitos de repartidores, crecieron muy rápido. Y cuando termino la pandemia, los pedidos se redujeron, pero las empresas no se adecuaron a la nueva realidad, siguieron quemando dinero, pensando que era simplemente una curva de estabilización, en lugar de un realineamiento del sector, o como vulgarmente se conoce, la burbuja había “pinchado”.
Solo utilizaron ese crecimiento para crecer, pero no para ser rentables, ese no era el objetivo prioritario, lo primero era crecer, ser grandes, dominar el mercado, y luego, ya se pensaría como ser rentable siendo el dominador del mercado. Pero los inversores ya han retirado su predisposición para cubrir más perdidas, ahora, quieren rentabilidad, quieren recuperar sus inversiones.
¿Y como se es rentable?
Que nadie espere grandes ingenierías financieras, el único secreto para ser rentable pasa por aumentar las ventas y reducir los costes, simple y sencillo.
Las ventas, según han declarado las principales empresas, pasaría por elevar las comisiones que cobran a los restaurantes y establecimientos que estén adheridos a su plataforma; y también por cobrar más por los envíos a los clientes, tanto subiendo el coste en pedidos de importes mínimos, como aplicando una subida de forma lineal.
Para reducir los gastos, el objetivo que se plantean se centra en mejorar su operativa, para intentar ser mucho mas eficientes en la gestión de los envíos, creando por ejemplo franjas más amplias de horario de entrega, que permita una mejor distribución de pedidos por repartidor. Tenemos que recordar, que para las empresas de delivery, el peso que supone el coste operacional (el reparto fundamentalmente), supone más del 50%, algo superior de lo que supone para otros segmentos como la paquetería por ejemplo.
Y no podemos olvidar, además, la estructura que tienen estas empresas, con una plantilla de repartidores en condiciones muy precarias, además de haber tenido un número importante de sentencias condenatorias por no cumplir con las leyes laborales de los distintos países. Si los repartidores suponen más del 50%, y estos tienen condiciones muy precarias, queda claro que el negocio, como está planteado, era, es y será completamente deficitario.
Lo único que queda claro es que así no pueden continuar, llama la atención que después de dilapidar el dinero, ahora el objetivo sea la rentabilidad, cuando está, debería de haberlo sido desde el primer pedido que se gestionó.
Artículo propiedad de Carlos Zubialde
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