Que el Q-commece tenía los “pies de barro” es una información no solo conocida sino también contrastada, por lo que la noticia de las perdidas reportadas por Glovo durante el 2021 (474 millones de euros), viene para reforzar lo que la gran mayoría de los profesionales del sector del transporte ya sabían y conocían: la distribución no es negocio

Glovo, pese a incrementar sus ingresos de los 360 millones a los 590 millones, incremente sus perdidas de los 83.40 millones de euros del 2020, a los 474 millones de euros, casi nada.

Parece quedar claro que la cifra de negocio del 2020 estaba claramente influenciada por la pandemia y el confinamiento, una situación de mercado que no se mantuvo durante el 2021 y que han “inflado” las perdidas de la compañía hasta la estratosférica cifra de 474 millones de euros.

Lo que se ha denominado en el Q-commerce como “milagro del 2020” ha pasado a mejor vida, un sueño que se esfumó poco a poco con la vuelta a la “normalidad”, y que pone de relieve que las perdidas del 2021 están alineadas con las que la compañía tuvo en el 2019, que ascendieron a 238 millones de euros.

La dura realidad es que Glovo NUNCA ha estado en números positivos si hablamos desde un punto de vista operacional, aunque la compañía diga que es líder en ciertos mercados donde dice ser rentable, permitiendo llegar a tener una valoración de 2.300 millones de euros cuando la alemana Delivery Hero la compra.

Pero la realidad actual es muy distinta, según publican algunas consultoras, informando de un descenso en el valor de Glovo por debajo de los 1.000 millones de euros. Y rematar la situación, desde fuentes de la compañía aceptan como correcta la información de que la previsión de perdidas para el 2022 se sitúa sobre los 330 millones de euros.

Y no hemos hablado de la ley rider, otro de los grandes caballos de batalla de la compañía en España. Lo dicho, un gigante con pies de barro.

Artículo propiedad de Carlos Zubialde

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