No es posible decir en el sentido más estricto de la definición, pero si reseñable como una gran mayoría de empresas están adoptando políticas completamente restrictivas que les ayuden a transitar por el temporal.
Cuando se habla de economía de guerra, se habla sobre las políticas que los estados adoptan para hacer frente a una situación bélica; gestionan los recursos, racionan y controlan las producciones, y todo tiene un objetivo: poder soportar el enorme esfuerzo que supone para un país mantener una contienda bélica.
Las empresas están adoptando la misma posición, ante el riesgo de un futuro incierto creado primero por el Covid19 y posteriormente “alimentado” por la invasión de Ucrania por parte de Rusia. El alza de los precios de las materias primas (sobre todo las energéticas como el Gas o los derivados del petróleo), la escasez de las mismas, añadido a la “guerra” comercial que mantienen China y Estados Unidos, está haciendo que se adopte una actitud de “nadar y guardar la ropa”.
Principales medidas
Existen un buen número de medidas que están siendo adoptadas, pero sobresalen dos de forma muy nítida por encima de todas ellas: el aumento de los stocks y la paralización de toda inversión que no esté relacionado de forma directa con el negocio.
La primera, el aumento de los stocks, viene sobre todo producido por el miedo a quedar desabastecido. La situación del Covid19 en países productores como China (que cierran y confinan a millones de personas a la mínima alerta), unido a los problemas de la cadena de suministro (falta de espacios y altos precios de fletes, por ejemplo), están empujando a las empresas a aumentar sus stocks, llegando a cifras nunca antes vistas.
Otra acción muy llamativa, es la de parar toda inversión en proyectos, programas de mejoras o innovación. Y es llamativo porque muchos de esos proyectos están ligados de forma intensa al “core” o negocio de la empresa, pero se despachan que no es prioritario, dejando en el congelador cualquier inversión de este tipo.
De la primera, poco se puede decir, es una acción que incluso compañías tan significadas como Inditex han adoptado; el riesgo es sobre todo financiero.
Pero la segunda, es posiblemente uno de los mayores errores que puede cometer una compañía. Las empresas de mayor renombre redoblan sus esfuerzos precisamente en tiempos de crisis, haciendo buena la frase de Albert Einstein, que decía “En medio de la dificultad, reside la oportunidad”.
¿Parar proyectos de innovación ahora?
Precisamente es ahora cuando hay que implementarlos, cuando los competidores se paralizan ante la situación de dificultad. Innovar es ganar clientes, ganar cuota de mercado, ganar volumen de negocio, ganar en definitiva.
Artículo propiedad de Carlos Zubialde
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