Propuestas de tarifas para barcos chinos podrían impactar gravemente el comercio estadounidense
Las nuevas tarifas para barcos chinos que acceden a puertos de EE. UU. amenazan con alterar drásticamente el comercio y la competitividad en el país.

Las recientes propuestas para imponer tarifas a los barcos controlados u operados por empresas chinas que acceden a puertos de Estados Unidos podrían transformar significativamente los movimientos de carga hacia y desde el país. Según el informe del primer trimestre de 2025 de la firma de investigación marítima Maritime Strategies International (MSI), los planes incluyen cargos que podrían llegar hasta US$3.5 millones por entrada a un puerto estadounidense, dependiendo de la procedencia y el control del barco.
En detalle, se propone una tarifa inicial de US$1 millón por cada visita de un barco operado por una empresa china. Además, si el buque fue construido en China, se sumaría un cargo adicional de US$1.5 millones, y si el operador tiene otros barcos de su propiedad que fueron construidos allí o están en proceso de construcción, se añadiría otro millón de dólares, lo que suma un total de hasta US$3.5 millones por entrada.
Aunque menos del 6% de los barcos de graneles secos que llegaron a puertos de EE. UU. en 2024 eran operados por empresas chinas, el impacto de estas regulaciones podría ser considerable debido al alto porcentaje de embarcaciones construidas en China. En efecto, el 38% de los barcos que llegaron a dichos puertos ese año fueron fabricados en ese país, lo que significa que un número significativo de embarcaciones podría estar sujeto a estas tarifas. Además, un análisis de MSI indica que el 20% de las llamadas en 2024 involucraron operadores con barcos en construcción en China y el 70% tenía, al menos, una embarcación de origen chino en su flota.
Las consecuencias de estas tarifas podrían ser profundas. Se estima que una tarifa de US$1 millón podría duplicar el costo del flete de EE. UU. a Europa, lo que afectaría la competitividad de las exportaciones estadounidenses. MSI prevé que esto no solo podría resultar en un aumento de costos para los exportadores estadounidenses, sino que también podría conducir a un cambio en la distribución global de la flota, con un posible aumento en la participación de armadores japoneses en las necesidades de carga de EE. UU.
Como conclusión, aunque las propuestas no implican necesariamente una disminución en la demanda de graneles secos, sí representan un riesgo significativo para la competitividad de las exportaciones estadounidenses. La implementación de dichas tarifas podría resultar en costos más altos para los viajes de carga de graneles secos hacia y desde EE. UU., lo que repercutiría tanto en el comercio estadounidense como en la estructura del mercado global.