Es posible edulcorar un poco la situación, intentar darle un barniz de optimismo, pero no es el caso. La situación actual del transporte terrestre en Europa es la que es, existe una mayor demanda que oferta de vehículos. El verdadero problema es el de la capacidad.

Podemos intentar encontrar los motivos del desequilibrio entre oferta y demanda, desde la nula incorporación de conductores, la falta de nuevos camiones por los problemas de los suministros, o la lenta pero consistente precarización del sector. La suma de todas ellas da el resultado que tenemos, el número de camiones disponibles es claramente menor que la demanda de cargas.

La preocupación entre los cargadores es más que manifiesta, lo que en cierto modo no deja de ser paradójico, ya que uno de los colectivos que más a "ayudado" en la precarización del sector es precisamente el de los cargadores. No todos, pero si algunos sectores se han significado durante años por lanzar tenders de transporte totalmente "leoninos" en sus exigencias, así como con unos precios que no se han movido en las últimas décadas.

Tal es la situación que algunas asociaciones de transporte han denunciado que algunos cargadores han solicitado una reducción de los precios de los servicios, aduciendo al descuento de los 0,20€ que el gobierno de España aplica entre el 1 de abril y el 30 de junio del 2022, que puede ser ampliado.

Y de aquellos lodos tenemos estos barros, un sector cansado, asfixiado económicamente, que ha decidido no renovar sus flotas, o reducir las mismas para ofrecer servicios solo a los que mejor paguen los servicios.

Vienen tiempos de poca disponibilidad de camiones; podemos tomar como ejemplo lo ocurrido con el transporte marítimo, cuando en el 2020 las navieras redujeron su capacidad de carga, y los precios subieron hasta un 1000%. Atención que en el transporte terrestre puede ocurrir algo similar....

Artículo propiedad de Carlos Zubialde

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