El “delivery food” o entrega de comida a domicilio lleva ya varios años presente en las principales economías del mundo, fiel reflejo del estilo de vida actual en el mundo, donde prima la inmediatez, la rapidez y comodidad.

El hábito de pedir a domicilio, tan extendido en ciertos segmentos de la restauración como pueden ser las pizzas, ha visto en los últimos años un auge importante con la entrada de otro tipo de establecimientos, y con el nacimiento de compañías de transporte, dedicadas en exclusiva al transporte y reparto de comida a domicilio.

El último empujón a este fenómeno se está produciendo en la pandemia del Covid19, con muchos clientes sin poder acudir a sus lugares favoritos, y con un sector de la restauración agarrándose a la entrega en domicilio como único salvavidas, mientras la situación no vuelva a la normalidad que permita atender a los clientes de forma presencial en sus locales.

Pero el Delivery food no está exento de polémica, sobre todo por la situación en la que se encuentran los llamados “riders”. Un Ryder es el repartidor que transporta el pedido desde el establecimiento hasta casa del cliente. Estos riders son “contratados” por grandes empresas de reparto a domicilio o “delivery food”, contratación que esta bajo lupa en muchos lugares del mundo, debido a su precaria situación laboral y económica. 

Recientemente, en España, la justicia dictaminaba que la situación de estos riders era ilegal tal y como se estaba prestando, considerando que son “falsos autónomos”, que las empresas de reparto a domicilio no solo prestan la plataforma de comunicación o App, sino que determinan la labor diaria, condiciones económicas etc. Y como consecuencia de ello, la justicia dicto una sentencia por la cual se reconoce a estos riders, como trabajadores por cuenta ajena, que deben de ser dados de alta en su plantilla por parte de estas empresas de reparto a domicilio y última milla.

Las cooperativas como alternativa

Uno de los movimientos que se ha creado como consecuencia de esta situación, es la creación de cooperativas por parte de repartidores de comida a domicilio en varias ciudades. Con el objetivo de buscar unas relaciones laborales más justan, este colectivo entiende que la fórmula cooperativa puede ser la que mejor se ajuste a su día a día y actividad.

Estas sociedades surgen de la necesidad de dignificar y hacer más justo el transporte y reparto de comida a domicilio, así como mantener una sostenibilidad en sus operaciones, no solo económica sino también medioambiental. Son plenos conocedores del sector en el que se mueven, con lo que están creando no solo una forma de trabajo sino un modelo de negocio como decíamos, basado en la sostenibilidad.

Estas cooperativas, no solo son más justas con el personal que trabaja en el reparto de comida a domicilio, también intentan que la relación con sus clientes (restaurantes, establecimientos de comida rápida etc.) también sea más justa de la que tienen estás en la actualidad con los grandes operadores del mercado. Muchos establecimientos han decidido ofrecer su servicio de forma directa, “escapando” de las altísimas comisiones que estas empresas de delivery exige de cada pedido, además de las cuotas.

Jelp app, la herramienta imprescindible

Estas nuevas cooperativas nacen en muchas ocasiones con los recursos financieros muy mermados, por lo que su inversión tecnológica se torna en un factor de vital importancia para sobrevivir. La compañía Mexicana Jelp app aterrizo hace poco tiempo en España, pero con la amplia experiencia que posee siendo la app líder en México en la gestión de transportes o entregas de comida a domicilio.

La plataforma Jelp Delivery permite con una inversión muy reducida y un coste mensual muy ajustado, competir con las grandes compañías de entregas a domicilio. Una App completa que ya está siendo probada en España por empresas como la madrileña MOPI, la bilbaína Reparto en Bilbao o el famoso “Tarantin Chiflado”, todas ellas con excelentes resultados. 

Jelp Deliver además permite ser utilizada tanto por la empresa de distribución como por el comercio local, permitiendo a ambas partes ser más viables y poder competir en un mercado en crecimiento, pero con un modelo más ético y sostenible.

Artículo propiedad de Carlos Zubialde

contacto@informacionlogistica.com