Habitantes y repartidores en Canadá se preparan para huelga que podría interrumpir la entrega de correo y paquetería

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Habitantes y repartidores en Canadá se preparan para huelga que podría interrumpir la entrega de correo y paquetería

Los servicios postales en Canadá enfrentan una posible interrupción en sus entregas debido a una huelga de repartidores en medio de tensiones laborales y económicas.

Descripción

La ciudadanía y los repartidores en Canadá se preparan para una huelga convocada por el Sindicato de Trabajadores Postales de Canadá (CUPW), programada para el viernes, que podría detener la entrega de correos y paquetería en un momento de incertidumbre económica marcado por disputas arancelarias con Estados Unidos. La CUPW informó que unos 55.000 trabajadores tienen la intención de abandonar sus puestos tras 17 meses de negociaciones fallidas con Canada Post, debido, en parte, a que la empresa ha indicado que podría modificar unilateralmente las condiciones laborales y suspender beneficios a la plantilla.

La huelga de los repartidores, que en el pasado también duró casi cinco semanas, provocó que durante ese período no se procesaran ni entregaran correos o paquetes, y que las oficinas postales permanecieran cerradas. La intervención del Ministerio de Trabajo forzó a las y los empleados a reincorporarse en diciembre pasado, extendiendo el acuerdo laboral vigente hasta mayo. Actualmente, operan bajo un contrato caducado desde finales de 2023.

Canada Post ha advertido que, en caso de una interrupción nacional, no se entregarán correos ni paquetes, y no se aceptarán nuevos envíos. Sin embargo, si la huelga se vuelve rotativa, la compañía planea continuar con las entregas en áreas no afectadas. La disputa central se centra en temas como la entrega en fines de semana, pensiones y salarios, además de la intención del sindicato de que el personal de limpieza y otros servicios tercerizados pasen a ser empleados permanentes de Canada Post.

El impacto de una huelga anterior el año pasado fue severo, causando a pequeñas empresas pérdidas superiores a 716 millones de dólares canadienses y afectando gravemente la confianza del sector en medio de las tensiones comerciales con EE. UU. y China, en un contexto en el que las pequeñas empresas muestran un bajo nivel de optimismo económico. La interrupción volvería a afectar significativamente la economía, dado que muchas dependen en gran medida de los servicios postales.

Por su parte, UPS ha implementado un cargo adicional por volumen en los envíos desde Estados Unidos hacia Canadá y ha informado que el tiempo de entrega ha aumentado en 90 minutos, a partir del martes, debido al incremento en los volúmenes de envíos y a la diversificación hacia otras compañías. FedEx también ha mencionado que tiene planes de contingencia para gestionar posibles impactos en sus servicios, aunque aún no ha divulgado detalles específicos.

La situación financiera de Canada Post se caracteriza por una serie de pérdidas totales en los últimos años, acumulando más de 2.200 millones de dólares en pérdidas desde 2018 y recurriendo a financiamiento gubernamental para mantener sus operaciones. La disminución en el volumen del correo tradicional, que ha pasado de 5.500 millones de cartas en 2006 a solo 2.200 millones en 2023, junto con la competencia del sector privado y los altos costes operativos, ha deteriorado la rentabilidad de la empresa.

El sindicato y la empresa mantienen posturas enfrentadas. Mientras la CUPW pide aumentos salariales del 19% en cuatro años, reformas en las condiciones laborales y estabilidad en el empleo, Canada Post se opone, argumentando que esas demandas extreman sus recursos y limitan su capacidad de modernización y adaptación ante un mercado en rápida transformación, especialmente en el ámbito de las entregas de paquetes por el auge del comercio electrónico.

Un informe reciente de una comisión industrial calificó a Canada Post como «efectivamente insolvente» y recomendó reformas profundas, que incluyen reducir los estándares de entrega, facilitar el uso de empleados a tiempo parcial y cerrar oficinas rurales no rentables. También sugirió eliminar la entrega diaria de cartas en domicilio a favor de buzones comunitarios, y que los aumentos en las tarifas postales sean más ágiles. Los críticos advierten que estas medidas implicarían una reducción de servicios y la pérdida de empleos, además de complicar la relación laboral en medio de una crisis financiera que arrastra la compañía desde hace años.