Senadores reintroducen Ley SHIPS para fortalecer la marina mercante y la industria naval de Estados Unidos
Senadores reintroducen la Ley SHIPS, buscando revitalizar la marina mercante y fortalecer la industria naval estadounidense con nuevas medidas y financiación estratégica.

Los senadores Mark Kelly y Todd Young, junto con los congresistas Trent Kelly y John Garamendi, han reintroducido la Ley SHIPS para América, ampliando una propuesta anterior presentada en 2024 durante la administración del expresidente Joe Biden. Esta iniciativa busca revitalizar la marina mercante de Estados Unidos mediante un enfoque integral que establece supervisión nacional y financiamiento constante para la política marítima del país.
El objetivo principal de la ley es que los buques con bandera estadounidense sean competitivos en el comercio internacional, eliminando obstáculos regulatorios, reconstruyendo la base industrial de astilleros en EE. UU. y fortaleciendo la capacitación y retención de marinos y trabajadores navales. La legislación también apunta a asegurar que la flota marítima sea capaz de cumplir con objetivos de seguridad nacional y económica, con responsabilidad en la adquisición y mantenimiento a cargo de la Secretaría de Transporte y la Secretaría de Defensa.
Entre las medidas propuestas, la ley modifica leyes existentes, como la Ley de Prácticas de Navegación Extranjeras y la Ley de Operadores de Carga Controlada, para dotar a la Comisión Marítima Federal de mayor autoridad para prevenir prácticas desleales por parte de operadores extranjeros. Además, se establece un nuevo programa, la Flota Comercial Estratégica, para apoyar el desarrollo de embarcaciones construidas en EE. UU. y con bandera estadounidense en el comercio internacional, con una meta de alcanzar 250 buques en esta categoría.
Una de las disposiciones clave es el incremento del porcentaje de carga marítima que debe ser transportada en buques con bandera estadounidense, pasando del 50% al 100%. Asimismo, se endurecen las restricciones para reparaciones en astilleros extranjeros, elevando el arancel del 50% al 200% para reparaciones en países considerados de preocupación, como China, y al 70% para otros países. En conjunto, estas medidas buscan fortalecer la industria naval nacional, proteger la soberanía marítima y promover una flota estratégica capaz de satisfacer los requerimientos de seguridad y economía de Estados Unidos en el ámbito global.