La configuración del nuevo Parlamento Europeo puede suponer un cambio muy radical en algunas de las materias que han sido "estrella" hasta la fecha.

El aumento de los representantes de los partidos de extrema derecha puede significar un cambio y giro radical en cuestiones como la transición ecológica o la descarbonización, temas centrales para los grupos políticos que ostentaban la mayoría como los socialdemócratas o los verdes, y cuya representación se ha reducido de forma muy considerable después de las últimas elecciones.

Los grupos de extrema derecha siempre han criticado de forma abierta la agenda verde; no son partidarios de la agenda 2030, de las altas imposiciones al campo europeo, de la transición ecológica ni de la electrificación. En sus programas electorales hacen mención de su intención de dejar en suspenso estos acuerdos para dar por ejemplo mayor poder a las energías como la nuclear, y no apartar los combustibles fósiles.

De igual forma, los partidos de esta ideología plantean una mayor resistencia ante China, verdadero motor de la creación de los vehículos eléctricos, lo que puede suponer una mayor traba arancelaria para que la industria automovilística china pueda vender sus vehículos en el mercado europeo.

Como consecuencia, si ya la apuesta por la electrificación tenía muchas voces que manifestaban su disconformidad, podemos encontrarnos ante un cambio rápido del panorama, sobre todo en los plazos de ejecución. Ahora mismo es casi imposible saber si la agenda para descarbonizar el transporte para el 2030 será o no una realidad, pero la configuración del Parlamento Europeo posiblemente suponga un retraso cuando no un cambio de las políticas.

Carlos Zubialde

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