¿Electrificar el transporte?
Continuando con las “bondades” de la electrificación de los vehículos (todos ellos), se siguen escuchando voces que reclaman una electrificación de las flotas de transporte, diciendo que son el principal sector en la contribución de la contaminación.

Continuando con las “bondades” de la electrificación de los vehículos (todos ellos), se siguen escuchando voces que reclaman una electrificación de las flotas de transporte, diciendo que son el principal sector en la contribución de la contaminación.
Sin entrar en valorar las cifras que suponen el transporte (deberíamos de hacer una primera distinción entre los subtipos de transporte), el foco se pone en el transporte terrestre aun y cuando otros tipos aportan un mayor peso de contaminación. Y tampoco olvidaremos una cierta “obsesión” por eliminar los camiones de la carretera, aun y cuando es el medio por excelencia más utilizado para que las cadenas de suministro puedan continuar día a día.
Cuando se lanza una propuesta general se tiende a incurrir en un error de generalizar-y ya sabes que generalizar no suele ser lo más recomendable-. Si hablamos de electrificar, por ejemplo, el transporte de distribución de última milla, tenemos que decir que los pasos que han dado muchas redes y empresas de transporte son firmes desde hace tiempo. Los vehículos eléctricos, triciclos o similares son ya parte de paisaje urbano de un buen número de ciudades, a lo que además es preciso sumar las restricciones de acceso de vehículos contaminantes.
Pero, ¿qué pasa con el transporte de largo alcance?
Aquí es donde más podemos apreciar el desconocimiento sectorial, cuando se lanzan mensajes de electrificar las grandes rutas. Si un coche eléctrico, para hacer 800 kms tiene que parar 3 veces para recargar, tardando cada recarga sobre los 20 minutos, ¿Cuánto debería de parar un camión de gran tonelaje?
Es verdad que podríamos jugar con los tiempos de descanso, pero tendríamos dos problemas: no podríamos tener los actuales tiempos de tránsito y no tenemos una red capilar de estaciones de repostaje eléctrico que permita poder parar en casi cualquier sitio. Introducir el camión eléctrico hace necesario un cambio de infraestructura, además de un cambio en los tiempos de las cadenas logísticas.