Como dicta la lógica, las empresas que apuestan por incorporar a su día a día un programa de gestión de reparto, lo hacen fundamentalmente por mejorar su proceso de distribución, reducir sus costes, aumentar la eficiencia y como no, mejorar el control y la gestión del reparto de envíos.

Los beneficios son tangibles, diríamos que casi inmediatos. La implantación de un programa de gestión de reparto produce una drástica reducción del tiempo de planificación (se considera que puede ser hasta del 80%), una reducción de costes visible desde el primer día (reducción de consumos de combustible, papel, etc.), y en un plazo muy corto, permite poder crecer con un reparto más eficiente aumentando el ratio del volumen de envíos por ruta y conductor gestionada.

Todos estos beneficios operativos, tangibles y palpables, tienen añadido otro tipo de beneficios no tan visibles, pero que son igual de importantes tanto para el propio personal de la empresa de transporte o distribución, como para los clientes finales, de los que poco se habla y se tiene en cuenta cuando se afronta un proyecto de implantación de un sistema de gestión y optimización de rutas.

El beneficio de nuestro personal

La situación laboral actual, con una clara falta de mano de obra en sectores como el transporte, requiere de las empresas un mayor esfuerzo por mejorar la calidad del trabajo de sus empleados. En este punto entra por ejemplo la implantación de un planificador, optimizador y aplicación para organizar rutas de reparto como la que ofrece Logístiko.

Desde el momento en el que se implanta el gestor de reparto, las empresas comienzan a estandarizar sus procesos, además de unificarlos en un único punto de trabajo. La estandarización tiene una consecuencia y es que los errores se reducen significativamente, ya que todos los operativos conocen cuál debe de ser el proceso de trabajo establecido.

Esta estandarización también trae consigo una reducción del estrés, al eliminar los puntos de incertidumbre y la falta de claridad en la aplicación de los procesos de reparto.

¿Y el cliente?

Habíamos hablado del cliente, y así es, porque el objetivo final de implantar un sistema o app de reparto, además de la reducción de costes, la eliminación de errores y de incertidumbres, es el impacto que generará en nuestro cliente, que recibirá un servicio de mayor calidad.

En el entorno actual, de máxima competitividad, ofrecer a al cliente una herramienta que posibilita acceder a la información de distribución de su mercancía con total transparencia significa compartir sus objetivos. Desde la visibilidad y la flexibilidad, el cliente puede comunicar con el destinatario final todos los pormenores de su pedido, llegando al objetivo que es realizar una correcta entrega en tiempo y forma.

Parece sencillo, y en cierto modo lo es, porque la tecnología de las tecnologías para el reparto como Logístiko ya está al alcance de los clientes; han testado y trabajado numerosas funcionalidades, entre ellas la mejora de los flujos de comunicación entre todos los actores implicados en el proceso. Por eso, ponen a disposición del cliente una opción que puede suponer para él una real diferenciación en su mercado.

Carlos Zubialde

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