La voracidad de la empresa de transporte y logística DSV parece no tener fin; se ha confirmado la noticia de la compra por parte de DSV de los servicios logísticos de Agility, llamada GIL (Global Integrated Logistics) por un importe cercano a los 3.500 millones de euros, que será realizada en el segundo semestre del 2021.

En el año 2015 tenemos que recordar que DSV compro e integro a la estadounidense UTI en su estructura; posteriormente hizo lo mismo con Panalpina, compañía suiza que adquirió en el año 2019, a la que suma en el 2021 a la kuwaiti Agility. La compra supondrá un importante salto para DSV, posicionándose en el top 3 de las mayores empresas transitarias del mundo, con unos ingresos consolidados superiores a los 18.000 millones de euros. La compra no quedara materializa hasta el tercer trimestre de este mismo año, fecha hasta la cual cada empresa continuaran operando de forma completamente independiente.

Esta operación aumenta las capacidades de DSV sobe todo en almacenaje logístico. Además, la compañía logra penetrar y tener una mayor presencia en mercados donde actualmente su marca no está entre las que mayor penetración tienen como es el área de Asia-Pacífico y Oriente Medio, mercados donde Agility es un auténtico referente de servicio y volumen de mercancías transportadas.

Las líneas de negocio de GIL (Agility) que adquiere DSV son actividades logísticas integrales, con servicios de transporte y logística en países con un claro signo de crecimiento dentro del área de Asia-Pacífico y Oriente Medio. La división adquirida esta compuesta por una plantilla a nivel mundial de unos 17.000 empleados y una facturación de 3.300 millones de euros.

Parece claro que las grandes compañías a nivel mundial han decidido mantener su crecimiento con grandes adquisiciones, mientras en el mercado español se sigue manteniendo la atomización en los servicios y un volumen de negocio y plantilla muy inferior a los grandes players del mercado. Queda por ver la repercusión en España de esta compra, no solo en la integración de ambas marcas, plantillas y facturación, sino saber cuál será su efecto a nivel servicio y comercialización. Cuando las grandes compañías están en una "pelea" por ganar cuota de mercado, las compañías más pequeñas terminan sufriendo sus consecuencias.

Artículo propiedad de Carlos Zubialde

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