Shell y TotalEnergies se retiran parcialmente del proyecto de almacenamiento de CO2 Aramis en el Mar del Norte

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Shell y TotalEnergies se retiran parcialmente del proyecto de almacenamiento de CO2 Aramis en el Mar del Norte

Las empresas Shell y TotalEnergies reducen su participación en el importante proyecto de almacenamiento de CO2 en el Mar del Norte, priorizando riesgos y viabilidad futura.

Descripción

Las empresas energéticas Shell y TotalEnergies están retirando parcialmente su participación en el proyecto de almacenamiento de CO2 bajo el mar del Norte, conocido como Aramis, debido a consideraciones de riesgo y a la complejidad del proyecto. Ambas compañías han decidido no invertir en las tuberías necesarias, ya que las consideran demasiado arriesgadas, según fuentes consultadas por NRC. Sin embargo, seguirán involucradas en la etapa de almacenamiento de CO2, utilizando plataformas de perforación existentes y nuevas en campos de gas ya explotados en el mar.

El gobierno holandés, por su parte, busca acelerar los esfuerzos en captura y almacenamiento de carbono como estrategia clave para cumplir con los objetivos climáticos para 2030. La ministra Sophie Hermans de Clima y Crecimiento Verde ha anunciado que implementará medidas para reducir los riesgos financieros para las empresas estatales EBN y Gasunie, que participan en el proyecto, e incrementará la disponibilidad de fondos para que este pueda continuar en 2026, en lugar de 2025 como se había planeado inicialmente.

El proyecto Aramis es el mayor de su tipo en Holanda y uno de los pocos a nivel mundial con capacidad significativa, con la meta de almacenar 22 millones de toneladas de CO2 anuales a partir de 2028. Esto contrasta con las aproximadamente 150 millones de toneladas que emite el país cada año. La inversión en las tuberías enfrenta desafíos, ya que implica una gran cantidad de recursos sin garantías claras de demanda por parte de los clientes industriales, que aún no han confirmado proyectos concretos para capturar y transportar su CO2.

Fuentes indican que Shell y Total seguirán ofreciendo servicios de transporte y almacenamiento de CO2 a los clientes, pero las decisiones finales sobre inversión en infraestructura de tuberías se retrasarán, y las empresas participarán en preparativos técnicos y en la obtención de permisos. La decisión de no invertir en las tuberías en 2025 responde también a preocupaciones sobre el poder de mercado excesivo que podrían concentrar estas compañías si asumieran un papel dominante en la infraestructura crítica.

Desde la perspectiva técnica y económica, el riesgo principal radica en la elevada inversión necesaria sin la certeza de que la capacidad será vendida posteriormente. La participación de Shell y Total está orientada a que el proyecto sea más rentable y viable mediante una distribución de tareas que permita reducir los costes y acelerar la implementación. Además, ambas empresas planean ofrecer servicios a clientes para transportar y almacenar CO2, en un esfuerzo por avanzar en la transición energética, aunque sin comprometer su inversión en las tuberías a corto plazo.

El almacenamiento subterráneo de CO2, aunque se considera un paso estratégico para reducir las emisiones, ha generado controversia en el ámbito ambiental y entre grupos de protección del medio ambiente, que temen que esta solución pueda disminuir los incentivos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en las industrias. La incertidumbre sobre cuándo y cómo se desarrollarán otros proyectos de captura de carbono sigue siendo uno de los mayores desafíos para la implementación efectiva del plan.