Administración de Donald Trump elimina empleados clave en políticas climáticas y reestructura oficinas relacionadas
La administración Trump reestructuró oficinas clave, eliminando empleados responsables de políticas climáticas y modificando la participación internacional de Estados Unidos.

La administración de Donald Trump llevó a cabo la terminación de empleados federales responsables de la política climática global de Estados Unidos, en un esfuerzo de reorganización del enfoque diplomático del país, según informó el Departamento de Estado. Entre ellos se encontraba el personal de la Oficina de Cambio Global, que formaba parte de la Oficina de Asuntos Oceánicos, Ambientales y Científicos Internacionales del departamento. Esta oficina tuvo un papel destacado en las negociaciones estadounidenses bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, la cual ha sido objeto de controversia.
Estos funcionarios también representaron a Estados Unidos en la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y en la Organización Marítima Internacional (OMI), incluyendo sectores relacionados con la navegación y la aviación comercial. La decisión de despedir a este personal coincidió con la postura de la administración Trump de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París y de las negociaciones en la OMI sobre medidas de descarbonización que permitirían alcanzar emisiones netas cero en torno a 2050. Además, el país abandonó su participación en esquemas internacionales como el CORSIA de la OACI, que busca compensar y reducir las emisiones del transporte aéreo internacional.
No está claro de qué manera o si Estados Unidos continuará participando en estos acuerdos internacionales, o si algunas funciones de estas oficinas serán integradas en otros departamentos. La administración también ha avanzado en una reestructuración en el ámbito de recursos energéticos, con cambios en el Departamento de Estado que incluyen la absorción de la Oficina de Recursos Energéticos por parte de la Oficina de Asuntos Económicos y Comerciales. Esto busca enfocar los esfuerzos en el desarrollo y la exportación de minerales críticos y en reducir la dependencia de combustibles fósiles rusos, alineándose con una estrategia de predominancia energética estadounidense.
Estas decisiones reflejan una postura que busca reducir la participación internacional de Estados Unidos en políticas climáticas y energéticas, eliminando o fusionando oficinas clave y poniendo en riesgo la cooperación multilateral en temas ambientales. Tanto a nivel diplomático como en políticas de recursos naturales, la administración Trump ha priorizado una visión centrada en los intereses económicos y en una estrategia energética que privilegia los recursos propios, con un impacto significativo en la cooperación global contra el cambio climático y en el compromiso internacional de Estados Unidos.