El control y optimización del stock es y debe de ser una auténtica “obsesión” tanto en los operadores logísticos como en los departamentos de logística de cualquier industria. Todos tenemos claro que no es posible tener en consideración todas las circunstancias, aunque hoy día mediante la aplicación de Inteligencia Artificial es posible poder crear modelos de predicción de la demanda, mediante los cuales podemos ajustar la producción y preparar nuestra estructura logística.
Aun y cuando apliquemos tecnologías como la Inteligencia Artificial que nos ayudan a crear esos modelos de predicción de la demanda, siempre es aconsejable trabajar con un umbral de seguridad e incluso con un stock de seguridad.
Para definir el término, entendemos por stock de seguridad el nivel extra de producto que se debe mantener en almacén logístico para poder hacer frente a cualquier problema imprevisto como aumentos repentinos en la demanda del producto, retrasos de los proveedores en su producción o retrasos por causa de fuerza mayor en el transporte por ejemplo. Un adecuado stock de seguridad ayuda a mantener constante el servicio con el menor sobresalto posible.
Contar con un stock de seguridad impide también la termina rotura de stock, situación donde la demanda del cliente es superior al producto almacenado, por lo que parte de los clientes quedaran sin su pedido. La rotura de stock además de acarrear un problema de producción, trae consigo una baja de ventas (pedidos no servidos que son anulados por los clientes), perdida de clientes por su insatisfacción al no recibir los pedidos, y finalmente un daño a la imagen de la compañía, difícil de valorar cuantitativamente perro que todos sabemos de su alto coste.
El stock no es un todo fijo, es cambiante y no siempre cambia de la manera prevista. Dentro del stock tenemos distintos tipos de stock (de ciclo, de seguridad, de presentación, estacional, de tránsito, de preparación, estacional, el recuperado, el físico o el neto por ejemplo), y es importante antes de crear el nivel del stock de seguridad, tener en consideración la totalidad del stock, tener claro los ciclos, y como no, determinar una predicción de la demanda que tendremos.
Tenemos que determinar si lo que queremos es crear una “línea de seguridad” que emite una alerta al llegar a la misma como una antesala de la rotura del stock, o por el contrario, queremos crear un stock de seguridad que tendremos “apartado” para casos de emergencia. Si optamos por este último, es preciso tener en cuenta los plazos máximos de entrega de los productos por parte de los proveedores, ese mismo plazo, pero en las situaciones de retraso en su producción y la demanda media que tenemos de ese producto por parte de nuestros clientes.
Con estos 3 parámetros, aplicaremos distintas fórmulas matemáticas que permitan establecer cuál debe de ser el stock de seguridad del producto; si además añadimos la predicción de la demanda mediante Inteligencia Artificial, podremos ir controlando y cambiando ese stock de seguridad (aumentando o disminuyendo) en función de las previsiones de forma diaria.
Mantener un stock de seguridad adecuado hará que ante situaciones imprevistas se pueda atender todos los pedidos o incluso dar prioridades a pedidos concretos de un cliente por ejemplo. Esta gestión hoy día es más sencilla mediante la aplicación de tecnología de vanguardia como la que hemos indicado en este artículo.
Artículo propiedad de Carlos Zubialde
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