La Guardia Costera China vigila suministro de Filipinas a buque de guerra en disputa territorial

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La Guardia Costera China vigila suministro de Filipinas a buque de guerra en disputa territorial

La tensión entre China y Filipinas se intensifica mientras la Guardia Costera china monitorea el suministro a un buque varado en un área disputada.

Descripción

La Guardia Costera China informó el miércoles que monitoreó un barco civil filipino que entregó provisiones diarias al buque de guerra varado en el Segundo Thomas Shoal, un área en disputa entre China y Filipinas. Ambos países reclaman el territorio y con frecuencia se enfrentan en sus aguas circundantes.

Las misiones de reabastecimiento para los soldados a bordo del buque de guerra BRP Sierra Madre habían sido previamente una fuente importante de tensión entre las naciones, hasta que en julio de este año alcanzaron un acuerdo provisional sobre dichas misiones, lo que indica una posible desescalada en las tensiones. En enero, las partes también acordaron buscar un terreno común y encontrar formas de cooperar a pesar de sus desacuerdos territoriales.

La Guardia Costera china instó a Filipinas a honrar sus compromisos, a dejar de alimentar incidentes en la zona y a trabajar junto a China para gestionar la situación marítima, según un comunicado emitido el miércoles. Por su parte, las fuerzas armadas de Filipinas confirmaron que completaron una misión rutinaria de rotación de tropas y reabastecimiento al BRP Sierra Madre, reafirmando su compromiso de mantener su presencia y capacidad operativa en el Mar de Filipinas Occidental.

La misión fue llevada a cabo con la colaboración de la Guardia Costera filipina y se excepcionalmente reportó que se completó sin incidentes. China, por su parte, continúa haciendo valer sus amplias reclamaciones territoriales en el Mar de China Meridional, las cuales se superponen con las zonas económicas exclusivas de Brunei, Indonesia, Malasia, Filipinas y Vietnam.

En 2016, un tribunal arbitral internacional dictó que las reclamaciones de China, respaldadas por mapas históricos, no tienen fundamento en el derecho internacional, una decisión que China no reconoce.