Todos los años, con la llegada de los meses de otoño se activa la campaña de los cítricos; limones, naranjas o mandarinas son exportadas desde las huertas de España hacia los principales mercados europeos. Las grandes flotas de transporte frigorífico comienzan un periodo de trabajo que posteriormente enlazaran con otras campañas como el de la fresa o la de la fruta con hueso.

En tiempos pasados, parte de la flota de camiones frigoríficos solía parar mientras que otra parte se dedicaba al transporte de mercancía "normal". En los últimos años, las flotas ya no paran, siguen trabajando para otro tipo de cliente mientras se ponen en marcha las campañas como la de cítricos.

Esta situación, con la coyuntura actual, supondrá que una parte del parque de camiones que han estado realizando transporte de mercancías durante los últimos meses, se dedicaran a dar el soporte para el transporte de cítricos en régimen de exportación. Y la consecuencia será una disminución de la flota global de camiones, reduciéndose más todavía la oferta de vehículos, frente a una demanda cada vez más creciente.

Y el resultado final de la ecuación puede ser una falta de vehículos en plena época de máximo consumo, al igual que una posible subida de los precios de transporte, lo cual sería la consecuencia lógica de una forma de negociación tipo "mercadeo", donde en otros tiempos eran los cargadores quienes estipulaban los precios, pero puede que dentro de nada, sean los transportistas quienes tomen el mando.

Artículo propiedad de Carlos Zubialde

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