Estados Unidos y la Unión Europea negocian acuerdo para reducir aranceles y mantener excepciones en sectores estratégicos

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Estados Unidos y la Unión Europea negocian acuerdo para reducir aranceles y mantener excepciones en sectores estratégicos

Estados Unidos y la UE negocian nuevos aranceles y excepciones clave en sectores estratégicos, buscando un acuerdo que evite mayores restricciones comerciales.

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Desde hoy entran en vigor los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos a las importaciones globales, con un 15% para los productos europeos a la espera de la firma de un acuerdo comercial. La Comisión Europea y la Casa Blanca trabajan contrarreloj para cerrar los detalles de un acuerdo que incluye excepciones para productos considerados estratégicos, como aviones, componentes de aviación, ciertos productos químicos y medicamentos genéricos. Aún están en negociación las exclusiones de algunos bienes, como alcohol y vino, que podrían quedar fuera de la lista y enfrentar aranceles mayores en el futuro.

Tras la reunión entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en julio pasado, ambas partes acordaron mantener los aranceles en un 15% con la posibilidad de una subida al 35% si la Unión Europea no cumple con ciertos compromisos. Aunque las negociaciones siguen en curso, fuentes comunitarias indican que se están logrando excepciones específicas para sectores clave, como la aviación, algunos productos químicos y medicamentos genéricos, en un esfuerzo por mantener los aranceles libres para estos productos.

El acuerdo también contempla mantener un límite del 15% en aranceles para automóviles y sus componentes, incluso si en el futuro se aplican tarifas adicionales, como posible respuesta a las amenazas del presidente Trump de imponer un arancel del 250% a productos farmacéuticos. La situación con el acero y el aluminio es más compleja, ya que Estados Unidos afirma que no modificará las tarifas existentes, mientras que la Unión Europea negocia cuotas con tarifas reducidas para proteger a sus exportadores.

Un punto polémico del acuerdo es el compromiso de la Comisión Europea de aumentar las inversiones y compras estratégicas en EE.UU., con un valor estimado en 600.000 millones de dólares en energía, petróleo, gas natural licuado y productos nucleares, aunque estos movimientos serían realizados principalmente por empresas privadas y no con fondos públicos, según explicó la Unión Europea. Donald Trump ha amenazado con aplicar un arancel del 35% si no se cumplen estas expectativas, que para Estados Unidos representan una parte fundamental del acuerdo.

Asimismo, la UE ha certificado su intención de adquirir productos estadounidenses, como gas natural, petróleo y energía nuclear por valor de 750.000 millones de dólares, aunque dichas compras también dependerán de las decisiones de las empresas privadas. La negociación en torno a estos compromisos tendrá un peso decisivo en la versión final del acuerdo.

En conjunto, la Comisión Europea defiende que ha conseguido el mejor acuerdo posible en un contexto difícil. Sin embargo, admite que no todos los productos de interés quedarán inmediatamente exentos o protegidos. La aceptación de estos términos refleja un pragmatismo estratégico, pues en Bruselas consideran que no existe un escenario previo a la guerra comercial desatada por Washington y que, en la actualidad, es importante equilibrar las ventajas y las amenazas para proteger los intereses europeos.