En los momentos más duros de la pandemia del covid19, los meses de marzo y abril del año 2020, cuando la población salía a los balcones a las 20:00 para aplaudir a todos aquellos que seguían con su labor profesional para que todo no se fuera al garete, el sector del transporte y la logística no se veía reflejado y respaldado.
La memoria es frágil y el tiempo borra muchas cosas, incluido como no el esfuerzo de tantos colectivos durante los tiempos más duros y difíciles. Los días y meses han pasado, se va retomando cierta “normalidad”, y esa normalidad está produciendo otra vez la invisibilidad del sector del transporte para la población general.
Si solo fuera la invisibilidad, tampoco sería una mala noticia, pero la normalidad se parece tanto a la de la pre-pandemia. Las autoridades gubernamentales, esas que hace unos meses loaban el esfuerzo de los transportistas para que el país no se detuviera, ya tienen otra vez en su punto de mira al transporte, los camiones ya no son tan necesarios según parece.
Algunas autoridades vuelven a pensar que los camiones son un auténtico estorbo en las carreteras o que los vehículos de distribución en las ciudades son prescindibles. No son pocas las ciudades que han vuelto a poner en funcionamiento las restricciones de acceso, o la famosa “caza” por parte de las policías locales de vehículos de reparto en estacionamientos incorrectos, eso si, no vaciando las zonas de carga y descarga, llenos muchas veces de vehículos particulares.
O las autoridades como las de Cataluña, que piensan que los camiones son los grandes culpables de los colapsos de las carreteras, y les prohíben la circulación el fin de semana por vías como la AP-7. Pero el destino es caprichoso, y el primer fin de semana de septiembre con la prohibición ya activada, esa carretera, libre de camiones, llego a tener el domingo 12 de septiembre más de 30 kilómetros de retenciones…..
Vuelta la normalidad, tendremos que volver a las reivindicaciones habituales del sector, como el reconocimiento de la importante labor que desarrollan el transporte y la logística para el día a día del país. No se precisan homenajes ni palabras grandilocuentes, únicamente reconocimiento y cumplimiento de las normativas que permitan desarrollar la labor con la dignidad que se precisa.
Artículo propiedad de Carlos Zubialde
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