Creo que llegando a esta altura a nadie se le escapa el impacto que el comercio electrónico esta produciendo en la economía a nivel mundial; en España las cifras son tan importantes como por ejemplo lo que publica la web especializadaobservatorio de ecommerce, casi 30 millones de españoles han realizado una compra de textil por el canal online en el año 2015. Como consumidores somos “clientes totales”, buscamos la relación con las marcas en las compras exigiendo ser tratados del mismo modo, este concepto que tan de moda se encuentra en la actualidad llamado “omnicanalidad“, tratar y atender al cliente por todos los canales posibles con un solo mensaje y un mismo servicio permitiendo al cliente/comprador la utilización integral de medios online y offline para informarse y buscar datos sobre distintos productos o servicios. Aunque la compra termine en una tienda física, el canal online interviene en el proceso de compra, tanto que distintos estudios reflejan que mas del 50% de los compradores buscan referencias en el mundo online. Pero, ¿que tiene que ver el transporte en todo esto?  El transporte es una de las principales bases sobre las que se construye el comercio electrónico, todo lo que se compra en el mundo online tiene que ser transportado en el mundo offline. Este importante aspecto parece que no encaja “perfectamente” en el puzzle, el transporte y una correcta gestión logística se esta revelando como el verdadero talón de Aquíles de ese gigante que llamamos ecommerce, no solo por lo complejo del proceso de una entrega B2C ( entrega en domicilio particular), sino porque además el sector del transporte desde el inicio de la crisis en el año 2008 ha visto reducido sus ingresos por envío por encima del 30%. Esta situación que ya mencionaba en un artículo publicado anteriormente con el título de “El precio justo para  un envío de ecommerce” resaltando no solo la bajada de ingresos por precio/envío sino también por el mix de producto ( menos envíos de servicio premium de mayor precio frente a envíos “low cost” ) que me hacen seguir pensando que el foco sobre el sector del transporte dentro del proceso del ecommerce continuara. Hay además otros dos aspectos que creo deben de ser muy tenidos en cuenta y que significan un pesada carga para el sector transporte en su relación con el ecommerce: 1-La estacionalidad 2-El precio Como hemos podido ver en las recientes fechas de final del 2015, el ecommerce también es estacional, sus picos de trabajo durante periodos concretos como el Black Friday o las navidades hacen que la capacidad para afrontar esos picos cumpliendo con los tiempos de entrega sean difíciles de mantener. Lo hemos compobrado y las redes sociales son altavoces de no pocas reclamaciones y quejas a casi todas las compañías de transporte. En un sector donde el sistema de franquicia supone el 90% y a la que se suma una bajada generalizada de ingresos, y con el coste que supone la entrega de envíos B2C, hace que no exista mucho colchón para poder disponer de los medios y recursos necesarios para afrontar con total garantía esos picos de trabajo estacionales, y el resultado de la ultima campaña navideña así lo atestigua. El segundo punto es el precio, esa espada que permanentemente esta sobre el cuello, al cliente se le mantiene informado paso a paso de la evolución de su envío con múltiples formas de contacto, alertas, emails, sms etc; pero no esta dispuesto a pagar mas por un envío más rápido, y eso tiene su lógica. Si comunicamos el estado de su pedido minuto a minuto, y le hacemos todo eso con una entrega en menos de 24 horas, yo de verdad no pagaría mas por un servicio tan bueno, el problema esta en que el servicio que se ofrece dista mucho de su “valor económico real”, y este me parece que será una batalla dura por cambiar. Artículo propiedad de : Carlos Zubialde – Profesional sector transporte/logística Para leer este y otro artículos puedes visitar WWW.INFORMACIONLOGISTICA.COM Si tienes alguna propuesta: contacto@informacionlogistica.com