Es verdad que ya pasan unos pocos días desde el inicio del año 2022, pero no por ello no quiero dejar de pasar la ocasión de recoger algunas de las tendencias que afectarán al transporte durante este año.
Algunas de ellas son cosecha propia, otras son opiniones y reflexiones que he podido leer, escuchar y estudiar; la principal tendencia es LA INCERTIDUMBRE, no solo la del propio sector, sino la incertidumbre mundial que impacta sobre todas actividades económicas.
Una segunda tendencia será la línea alcista que seguirán teniendo los costes para las empresas de transporte terrestre en especial. Los altos precios del combustible, del gas y de la electricidad impactarán de forma muy importante en las cuentas de resultados. Esta por ver la aplicación práctica del reglamento acordado entre patronal y gobierno en este sentido, pero si se prevé un conflicto con los clientes, a los cuales se les intentara repercutir esta alza de los costes.
La tercera tendencia que se vislumbra es el alza de precios de transporte, empujados como os decía por los altos costes, por un lado, y por la repercusión (o el intento) de trasladar otros costes que hasta el 2022 no se han facturado, como los tiempos de espera.
Como cuarta tendencia, señalaremos la sostenibilidad económica del sector, gravemente herida por los altos costes y la presión sobre el precio. Hay previsión de que compañías de transporte dejaran de realizar ciertos servicios que amenazan su sostenibilidad económica.
Y como continuación de la cuarta tendencia, vamos a señalar una quinta, que será la falta de disponibilidad de vehículos en transporte terrestre. Las flotas de camiones “elegirán” que rutas y servicios realizar para lograr mejorar su sostenibilidad económica. Esto supondrá en la práctica que las grandes flotas de transporte van a preferir realizar rutas internas por Europa en lugar de desplazarse a la península ibérica. Atentos a la falta de vehículos en ciertas épocas del año.
La sexta tendencia está relacionada con la mano de obra; el transporte continuará arrastrando un grave problema para incorporar personas que posibilite un relevo generacional en posiciones como los conductores, en retener al personal de departamentos como tráfico, y sobre todo, en potenciar la atracción de talento joven y cualificado. La gestión de personas seguirá siendo un problema del sector según parece no solo para el 2022.
Y por último, la séptima tendencia que se aprecia en el sector está relacionada con la inversión en tecnología. Se aprecia un interés generalizado por aplicar nuevas tecnologías como el Big Data, la Inteligencia Artificial o el Machine learning, pero se aprecia una inversión desigual. Veremos un grupo reducido de compañías que apostarán e invertirán en tecnología, mientras una parte importante del sector “congelará” de forma temporal las inversiones en tecnología, ya que su foco, esfuerzo y potencial estará en la cuarta tendencia: lograr la sostenibilidad económica.
Tenemos otras muchas tendencias a las que prestar atención, como lo relacionado con la sostenibilidad, la falta de regulación urbana para la distribución de última milla, la potencial concentración empresarial (compras y absorciones de empresas) o los cambios en el paquete de movilidad que prohíbe el cabotaje en Europa o la implementación del tacógrafo digital de segunda generación.
Tenemos un año por delante para ver cuantas de ellas se cumplen, el 31 de diciembre hacemos repaso.
Artículo propiedad de Carlos Zubialde
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