Tiempos convulsos, los que se viven para los logísticos, ni un solo momento de descanso, ni un solo respiro en una actividad tan crucial para toda empresa. Y la presión no cesa sobre ellos en tiempos de constantes cambios de tendencias, en pocas semanas además.

Si durante los primeros meses del año, la tendencia era la de acumular stock de forma constante, ante el miedo de quedar desabastecidos y sin mercancía para vender a los clientes, las últimas semanas del año la tendencia es la de intentar reducir ese stock de forma significativa para poder perder parte del lastre financiero que supone el inmovilizado de las toneladas de mercancía almacenada.

En una situación coyuntural de un consumo en retroceso (menor del que inicialmente se esperaba, pero retroceso de todos modos), con una inflación "descontrolada" y en cifras no vistas en varias décadas, el temor de las empresas de quedarse sin stock, esta dando paso a una nueva tendencia para deshacerse de una parte significativa del mismo.

Los números no engañan, y lastran a más de una empresa ante el cierre del año; los altos niveles de stock y mercancías son un "peligro", aún y cuando no queda claro por donde puede evolucionar el próximo año, sobre todo en lo referente a las materias primas, su disponibilidad y precios futuros.

Si queda claro que quienes han apostado por monitorizar sus stocks aplicando tecnologías de vanguardia, que les permiten una visibilidad 360º en tiempo real, no solo de la parte logística, también de otras partes de la cadena de suministro como el transporte, todo ello mediante torres de control logísticas, tienen la capacidad de poder adelantar una toma de decisiones cada vez más crucial.

Artículo propiedad de Carlos Zubialde

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